domingo, 8 de marzo de 2009

Miriam Stefford, el pájaro exótico de alas rotas......


Miriam Stefford, el pájaro exótico de alas rotas......



Miriam Stefford, el pájaro exótico de alas rotas......


Raúl Barón Biza (Córdoba, 1899 – Buenos Aires, 17 de agosto de 1964) fue un escritor y político argentino de la Unión Cívica Radical. Tras una agitada vida privada y pública, se suicidó tras arrojar un vaso de ácido clorhídrico al rostro de su segunda esposa. Barón Biza era un hombre de acomodada posición, hijo de los millonarios Wilfrid Barón y Catalina Biza, poseedores de grandes latifundios en la provincia de Córdoba. Desde su juventud incursionó en política, apoyando al líder radical Hipólito Yrigoyen, una posición extremadamente inusual en las clases más acomodadas; se abocó también a la literatura, publicando en 1924 el polémico Risas, lágrimas y sedas, y a los negocios. Fue uno de los introductores del cultivo sistemático del olivo en Argentina, y organizó la explotación de minas de wolframio y bismuto en el noroeste del país. De vacaciones en Italia, donde llevaba vida de playboy, conoció en Venecia a la actriz austríaca Rosa Martha Rossi Hoffmann, que actuaba con el seudónimo de Myriam Stefford. Tras un rápido y apasionado romance, el 28 de agosto de 1930 contrajeron matrimonio.



En el verano de mis 14 años pasé una temporada en el Valle de la Punilla y disfruté como siempre de los encantos de la provincia mediterránea. Como era habitual recorrimos con mi madre lugares nuevos y regresamos a los que siempre nos han enamorado el alma y los sentidos. Por supuesto, para mí ,quedarme unos días en el Dique Los Molinos y recorrer el Embalse de Río Tercero es un placer al que no renuncio desde que tengo 5 años, y hacer por supuesto una "escala" en Alta Gracia con sus calles, el Tajamar y la iglesia jesuítica. Emprendimos viaje para allá una gris mañana serrana , que como habitualmente pasa ,deja caer una llovizna impertinente que deja paso a un cielo diáfano en poco rato.
En el camino hacia Alta Gracia mi madre, como de costumbre, me tenía una "sorpresa", pasar por un monumento que se elevaba en medio de la nada, una especie de obelisco que quebraba el paisaje ,y a mi gusto nada estético, y buscaba de arañar el cielo. "Es la tumba de Miriam Stefford" me dijo, y comenzó a contarme la extraña historia de esa mujer austríaca que teniendo no más de 25 años se había casado con un hacendado argentino y que al llegar a nuestro país y trás tomar clases de vuelo se convirtió en una de las primeras mujeres piloto. Lo trágico fue que en uno de sus vuelos se estrelló el avión que piloteaba, poco antes de cumplir su primer aniversario de casada.
Su desolado marido, hizo construír un mausoleo en forma de ala de avión y sepultó a su joven mujer con todas sus joyas. Por supuesto entramos a visitar el mausoleo, nos recibió un personaje bastante pintoresco por cierto que cuidaba la tumba. Munido de una lámpara a querosene y casi sin hablar nos llevó hasta el lugar dónde se supone está el cuerpo protegido por varias planchas de hierro y concreto. El cuidador daba un toque más que siniestro al lugar, yá que hablaba bastante poco, con modales toscos y aportaba el sonido que producía su pierna ortopédica al eco del lugar. Narró con pocas ganas los detalles de construcción y finalizó diciendo que el Sr. Raúl Barón Biza había vuelto a casarse y su vida no perdió el curso trágico. A su segunda esposa por motivo de celos le había arrojado ácido en el rostro que la había desfigurado , y luego él se suicidó................
Entre la lluvia, la oscuridad, y lo siniestro de la historia me alegré de irme del lugar. Sin embargo el recuerdo de esa "mujer pájaro", se grabó en mi romántica mente adolescente , como una historia de pasión y de amores contrariados. Hoy recuerdo entre sonrisas y escalofríos ese sitio, y la sabiduría de mis padres en convertirme en viajera y no "turista"....................................